Aplica la maravillosa filosofía zen...
Organizar la jornada laboral día tras día no es sencillo. Cuando la rutina se instala en la oficina, los malos hábitos corren el riesgo de aparecer, algo que puede minar la confianza y hacer peligrar tu puesto de trabajo. La filosofía del zen puede ayudarte a mejorar mucho dentro de la empresa.
El zen es especialmente eficaz a la hora de romper visiones rígidas y argumentos lógicos que a menudo ocultan la desidia o el miedo a innovar, pero una empresa sólo crece si se adapta a los nuevos tiempos.seguir para lograr los objetivos.
Cuando se tiene la impresión de que no se va a ninguna parte la desidia se apodera del ambiente.
A veces la falta de organización a la hora de proponer iniciativas provocan la desidia de la plantilla que ve cómo su jefe no tiene muy claro por dónde indicar el camino a
Yuki Ojiro, consultor de empresas, y Francesc Miralles, novelista, han unido sus experiencias y su conocimiento de la filosofía oriental para exponer en su libro "El zen de la empresa", un ejercicio útil no sólo para aquellos que se encuentran en puestos directivos sino para los que reciben órdenes de sus superiores.
Organizar el trabajo es fundamental para alcanzar la meta. Las horas que se pierden en especulaciones son un tiempo precioso que se desgasta sin un ejercicio efectivo de trabajo y rentabilidad.
Para que las horas de trabajo real sean lo más cercanas al horario laboral que cada uno tiene en la oficina, directivos y subordinados deben aplicarse con energía en concentrarse en lo que están haciendo.
Si empleados y directivos tuvieran la disciplina de los monjes Zen: cuando meditan, sólo meditan; cuando comen, sólo comen; cuando trabajan, sólo trabajan, ocho horas serían más que suficientes para abordar las tareas con eficacia.
La horas extra no compensan
No es extraño que reuniones y agendas extensas hagan que muchos directivos prolonguen su jornada laboral hasta la noche, arrastrando con ello a sus subordinados.
El trabajo debe de organizarse de una manera más racional porque se ha demostrado que las horas extra no suelen compensar las carencias en el funcionamiento de una empresa, afirman los autores del libro "El Zen de la empresa".
La eficacia no se mide por las horas que uno pasa en la oficina sino por lo que se es capaz de ejecutar en ese tiempo.
El zen habla, entre otras cosas, del respeto que se gana al hacer bien un trabajo.
Tranquilidad que embarga
Si lo que pretende es avanzar laboralmente, que la empresa sea de las mejores del sector, o bien prosperar en la pirámide de poder y ascender en tu puesto de trabajo note obsesiones por el futuro, pero libérate de tu pasado porque puede frenar lo que ahora mismo eres en tu empresa.
Pensar mucho en el futuro puede lastrar tu presente, que es donde se está fraguando lo que está por venir. Concéntrate en tu actividad actual que será la que te sirva de carta de presentación para alcanzar ese futuro más provechoso.
La calma es el estado ideal para sopesar con serenidad las contingencias que aparecen y que amenazan con destruir un día de trabajo y todo lo que hemos conseguido. La irritación y la ansiedad internas nos pueden hacer percibir el entorno como opresivo.
Cuando nos sentimos interiormente bien, en calma y alegres, incluso una situación difícil se nos antoja manejable; si decidimos actuar seremos más eficaces haciéndolo con calma.
Robert Thurman en "La revolución interior" manifestaba que "cuando nos mantenemos tranquilos no proyectamos enemistad hacia los demás, podemos observarles con mayor objetividad y, en caso de que surjan problemas, actuar con diligencia para resolverlos. Para alcanzar la libertad y la felicidad es necesario que consideremos el odio como nuestro único enemigo e iniciemos la campaña para su conquista".
Renovar el equipo
No todos tenemos capacidad para la dirección aún cuando deseemos estar en un puesto que así lo requiera.
Un efecto directo de esta circunstancia es la necesidad que tienen muchos jefes de renovar de manera constante su equipo, con el gasto de tiempo y energía que supone enseñar una y otra vez las funciones a realizar.
Las empresas de éxito procuran conservar y mantener motivados a sus mejores empleados. Una plantilla estable, formada y que avanza en una misma dirección es la mejor garantía de éxito de un departamento.
La seguridad que da a los trabajadores tener un empleo estable, sin necesidad de renovaciones de contrato constantes les implica de una manera más directa en el desarrollo y la estabilidad de la empresa, y con un objetivo claro: todo el mundo rema en la misma dirección.
La eficacia no se mide por las horas que uno pasa en la oficina sino por lo que se es capaz de ejecutar en ese tiempo
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